02 Abr Conciliación entre Filosofía y Cine
Entrar en el interior del mundo del cine, en el ámbito interior del séptimo arte, nos permite reflexionar filosóficamente sobre el mismo, una realidad –la del cine-, sobre la que casi siempre tan sólo se considera su aspecto de puro entretenimiento y diversión, pero que presenta un trasfondo y una significación mucho mayores, que suelen escapársele al común de los espectadores. Pensar en que cabe conciliar filosofía y cine, y adentrarnos en esa conciliación, francamente resulta muy original y sugerente.
Ahora bien, adentrarse en ese mundo requiere, de una parte clarificar aspectos conceptuales básicos sobre el cine, que suelen pasar también desapercibidos para la mayoría del público -lo que sin duda nos permitirá afrontar con rigor la materia y al mismo tiempo comenzar a ser en cierta medida “entendidos” en la misma-, pero además es muy importante el análisis y la diferenciación, como punto de partida, entre la filosofía “del” cine y la filosofía “en” el cine para centrar adecuadamente la cuestión. Tanto la reflexión filosófica sobre el cine como la presencia de la filosofía en el cine son enfoques diversos que enriquecen, y dan sentido, a la relación que existe entre Filosofía y Cine, y que nos permite además un enfoque filosófico de corte académico y serio sobre esta materia.
Entrar en el interior del mundo del cine, en el ámbito interior del séptimo arte, nos permite reflexionar filosóficamente sobre el mismo, una realidad –la del cine-, sobre la que casi siempre tan sólo se considera su aspecto de puro entretenimiento y diversión, pero que presenta un trasfondo y una significación mucho mayores, que suelen escapársele al común de los espectadores. Pensar en que cabe conciliar filosofía y cine, y adentrarnos en esa conciliación, francamente resulta muy original y sugerente.
Ahora bien, adentrarse en ese mundo requiere, de una parte clarificar aspectos conceptuales básicos sobre el cine, que suelen pasar también desapercibidos para la mayoría del público -lo que sin duda nos permitirá afrontar con rigor la materia y al mismo tiempo comenzar a ser en cierta medida “entendidos” en la misma-, pero además es muy importante el análisis y la diferenciación, como punto de partida, entre la filosofía “del” cine y la filosofía “en” el cine para centrar adecuadamente la cuestión. Tanto la reflexión filosófica sobre el cine como la presencia de la filosofía en el cine son enfoques diversos que enriquecen, y dan sentido, a la relación que existe entre Filosofía y Cine, y que nos permite además un enfoque filosófico de corte académico y serio sobre esta materia.
Resultan muy ilustrativas a este respecto las referencias a la filosofía del cine de Julián Marías, experto por antonomasia sobre la materia en nuestro país, y que ha dejado un listón muy alto, y difícilmente superable, con sus sencillas y claras opiniones, como a la vez brillantes y profundas, sobre el cine y la filosofía. De no menor relevancia son las reflexiones de Stanley Cavell, sobre el que debe quedar claro que se trata de un relevante pensador y filósofo del cine, sin embargo sus construcciones argumentales parecen ciertamente más sofisticadas y difíciles de seguir que las elaboradas por el genial Marías. Del mismo modo, el estudio de la filosofía del cine de Eugenio Trías y sus películas centrales, así como una visión sobre los grandes realizadores como Fritz Lang, Alfred Hitchcock, Kubrick, Wells, Coppola y otros, nos han de permitir refrescar a las grandes figuras del cine y nos animarán a adentrarnos y profundizar en este proceloso ámbito.
Las referencias a la concepción del cine personalista que se efectúa en nuestro país desde la principal cantera de especialistas en Filosofía y Cine situada en la Facultad de Filosofía de la Universidad Católica de Valencia, de la mano de los profesores José Sanmartín y José Alfredo Peris, se nos revelan como una propuesta muy sugerente, partiendo de la efectiva centralidad de la persona en el mundo que nos rodea.
En rigor, la relación que las películas y sus géneros presentan con el mundo, con la realidad, y con el hombre, son muy estrechas, hasta el punto de que la narración de una película nos permite hablar de una suerte de paralela “lectura” de la misma, pero además, esa narración fílmica nos predispone a la reflexión filosófica. Leer y releer una narración fílmica, una película, a través de un ejercicio sosegado y de atención, y volcar las reflexiones al papel puede ser un ejercicio filosófico sumamente fecundo y gratificante al mismo tiempo. La centralidad de la persona y su singularidad, sus rasgos antropológicos y psicológicos, las emociones, su vida y su muerte, y sus circunstancias, tienen en el cine y en la filosofía un lugar fundamental.
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