Reflexiones sobre GARCÍA PALACIOS, E. M., et al (2001)

Reflexiones sobre GARCÍA PALACIOS, E. M., et al (2001). Ciencia tecnología y sociedad: una aproximación conceptual. Madrid: OEI

La condición humana es incierta y los conceptos de ciencia, tecnología y sociedad (CTS)1 son claramente evocadores de dicha incertidumbre. Los conocimientos científicos de las últimas décadas superan exponencialmente los alcanzados durante siglos de historia; la tecnología y lo técnico han estado siempre unidas a lo humano desde los orígenes del hombre, si bien también en el último período de la historia, su protagonismo supera con creces toda la evolución anterior; mientras que la sociedad no puede separarse del marco tecnocientífico en el que la misma se encuentra inserta.

La sociedad y el mundo en el que la tecnología y la ciencia se desarrollan han ido cambiando a lo largo del tiempo, pero los cambios que se han experimentado a lo largo del último siglo han sido radicales y vertiginosos, y los mismos han afectado directamente a las formas de vida, encontrándose íntimamente relacionados con el desarrollo de las referidas ciencia y tecnología. En efecto, los seres humanos han sido radicalmente influidos por el desarrollo de la ciencia y la tecnología del siglo XX.

Los estudios sobre ciencia, tecnología y sociedad son importantes desde un punto de vista académico, pero también son centro de atención e interés del conjunto de la sociedad. Hoy se han superado conceptuaciones pretéritas, y se han difuminado las otrora fronteras entre esos tres conceptos, constituyendo los mismos ya una auténtica “triada conceptual” de innegable complejidad en el que se encuentran íntimamente interrelacionados. En efecto, conocimientos científicos, artefactos tecnológicos y contexto social caminan unidos, de suerte que la ciencia y la tecnología configuran en cierta medida a la misma sociedad.

A lo largo del libro analizado se tratan estos conceptos en los tres primeros capítulos cuyos títulos son suficientemente ilustrativos de su contenido: 1.- ¿Qué es la ciencia? (páginas 11 a 30), 2.- ¿Qué es la tecnología? (páginas 33 a 75) y 3.- ¿Qué es la sociedad? (páginas 79 a 115). A lo largo de los mismos se observan sus recíprocas interrelaciones que también son abordadas específicamente en el cuarto capítulo 4.- ¿Qué es Ciencia, Tecnología y Sociedad? (páginas 119 a 151).

Respecto a la ciencia2, lo polisémico del término no permite aunar fácilmente bajo el mismo una concreta, específica y determinada disciplina, antes bien, bajo el mismo se dan cobijo disciplinas experimentales y de otro tipo, así como diferentes estilos de razonamiento sin un lenguaje común3. Superado el proyecto del positivismo de considerar una ciencia unificada4, no es posible hablar ya de una ciencia en cuanto que género natural con un método o estructura común. No obstante, sí es posible hablar de ciencias en plural, con ciertos tintes comunes, y pese a la diversidad de contenidos, competencias y estilos de razonamiento, sí es posible hablar de una actitud y un saber científicos.

Grecia es considerada como la cuna de la ciencia pura y de la demostración aunque no pocos saberes científicos presentan un origen múltiple, plural y social, sin que puedan incardinarse en un marco espacio temporal claramente definido (y aquí nos referimos, entre otros saberes a la medicina, astronomía o matemática por poner unos ejemplos). Ni los problemas matemáticos se han planteado y resuelto con exclusividad en un lugar y parámetro geográfico determinado, ni la astronomía o la medicina pueden ir unidas a constelaciones planetarias diferentes, ni a síntomas o clínicas distintas en función del lugar desde el que se analice el cielo o el cuerpo humano5.

Conforme a la llamada concepción tradicional o “concepción heredada” de la ciencia, la misma es considerada como una “empresa autónoma, objetiva, neutral y basada en la aplicación de un código de racionalidad ajeno a cualquier tipo de interferencia externa6”, y como señala el libro que analizamos: “La herramienta intelectual responsable de productos científicos, es el llamado “método científico7.

Por su parte, la técnica nos inunda por doquier y los actos técnicos nos afectan en prácticamente todas las actividades cotidianas8. Son innumerables los procedimientos técnicos que nos acompañan en la vida diaria. Señala el texto que “Es posible que este texto (un artefacto no natural) esté siendo leído sobre una mesa (artificial), ubicada en un edificio (construido técnicamente), situado en un pueblo o ciudad (un entorno urbanizado)” 9.

La tecnología viene a ser, según el diccionario de la RAE, el “conjunto de los conocimientos propios de un oficio mecánico o arte industrial”, o también como “el conjunto de los instrumentos y procedimientos industriales de un determinado sector o producto”. Por consiguiente, por tecnología podemos entender el conjunto de procedimientos que permiten la aplicación de los conocimientos propios de las ciencias naturales a la producción industrial, quedando la técnica limitada a los momentos previos al uso de los conocimientos científicos como base del desarrollo tecnológico industrial. La tecnología presenta una dependencia de otros conocimientos, como es el caso de la ciencia. Mientras que la técnica va referida más a procedimientos, habilidades o artefactos, desarrollados sin ayuda del conocimiento científico, la “tecnología” irá referida a los sistemas desarrollados teniendo en cuenta ese conocimiento científico. En este sentido: “Los procedimientos tradicionales utilizados para hacer yogures, quesos, vino, cerveza, serían técnicas; mientras que la mejora de estos procedimientos, a partir de la obra de Pasteur y el desarrollo de la microbiología industrial, serían tecnologías10.

La tecnología es producto no sólo del conocimiento tecnológico sino también de otros factores de tipo valorativo, político, social o económico, entre otros.11 Su conocimiento (el tecnológico) puede ser codificado o tácito, de suerte que el codificado se conforma por conocimiento científico, por conocimiento tecnológico relacionado con la ciencia, por conocimiento desarrollado en la propia actividad tecnológica y por conocimiento técnico.12 Las tradiciones filosóficas ingenieril13 y humanística14 han formulado planteamientos diversos en relación con la naturaleza de la tecnología y su relación con el ser humano, aunque ambas son de conveniente análisis para obtener una adecuada visión del fenómeno tecnológico. Por último, respecto a la tecnología, es preciso adoptar una posición de cautela y prudencia, pues al igual que ha ayudado mucho al hombre y a su progreso a lo largo de la historia, también ha acabado por constituir una fuente de amenaza y de riesgos para la humanidad, volviéndose en una suerte de monstruo como el que se volvió contra Víctor Frankenstein.15 Es precisa una cierta dosis de control que corrija errores del pasado en relación con la tecnología y que asimismo promueva una adecuada adaptación de las máquinas a las necesidades y aspiraciones del ser humano en el presente y preservando a las generaciones futuras.

Sociedad, como acontecía con la palabra “ciencia”, es un término polisémico que implica una agrupación convivencial de individuos, o incluso animales. No es sinónimo de cultura, aunque en ocasiones se les emplee de forma indiferenciada; en este sentido, si la sociedad va referida a una agrupación de personas, la cultura va referida al conjunto de caracteres, producción y actividades transmitidas de generación en generación a lo largo de la historia.16

La sociedad no sólo es algo que proviene de la naturaleza humana, sino que presenta también un innegable componente convencional, y está sujeta al cambio y a la transformación, es decir, no es un fenómeno estático, sino dinámico.17 El hombre es un ser social por naturaleza, no hay hombre sin hombres, aunque cosa diferente es qué tipo de sociedad adopta en cada momento histórico o lugar. Pues bien, en este punto, el desarrollo tecnocientífico tiene una íntima relación con los diferentes tipos de sociedad, hasta el punto de que puede afirmarse que “Las sociedades se pueden definir por su desarrollo tecnocientífico, por su percepción de la tecnociencia y su relación con ella18.

Las sociedades, como hemos dicho, no son inmutables, sino que varían a lo largo del tiempo, y los estudios sociológicos han identificado mecanismos de cambio social19, y diferentes factores, que explicarían estos cambios, encontrándose asimismo factores de cambio relacionados con mecanismos de desarrollo y transformación tecnocientífica.

En las sociedades actuales todo está relacionado con la ciencia y la tecnología. Pocas cosas son ajenas a ello, y en este panorama social aparecen los riesgos20 asociados a la técnica y la ciencia. Pues bien, los riesgos y amenazas para la sociedad presente, para la naturaleza y para las generaciones futuras, imponen nuevas exigencias éticas como el principio de responsabilidad  formulado por H. JONAS21, quien ha puesto de manifiesto la necesidad de que el ser humano actúe con la debida cautela, humildad y prudencia frente al exacerbado poder transformador de la tecnociencia, en aras de preservar la vida en el planeta no sólo para la actual generación, sino para las generaciones futuras.   

1. La expresión “ciencia, tecnología y sociedad” (CTS) suele referirse a un ámbito de trabajo académico, cuyo objeto de estudio son los aspectos sociales de la ciencia y la tecnología, factores sociales con influjo en el cambio científico-tecnológico, así como las consecuencias sociales y ambientales. Vid. Marino-González-López-Luján-Martín-Osorio-Valdés: Ciencia, Tecnología y Sociedad: una aproximación conceptual, OIE, Madrid, 2001, p. 119.

2. El vocablo “ciencia” deriva del latín scientia, sustantivo etimológicamente equivalente a “saber”, “conocimiento”. Sin embargo, no todos los saberes son ciencia.  Vid. Marino-González-López-Luján-Martín-Osorio-Valdés: Ciencia, Tecnología y Sociedad: una aproximación conceptual, OIE, Madrid, 2001, p.12

3. MARINO: Op. Cit., p.14-29.

4. Como se señala en el libro analizado, N. Shaffer (1996) “propone hablar de “heurística” científica más que de un criterio unificado de ciencia, entendiendo por tal un conjunto heterogéneo de métodos subóptimos para alcanzar fines particulares bajo circunstancias alejadas de ser ideales, incluyendo entre éstas las limitaciones impuestas por el tiempo o el dinero, el conocimiento teórico asimilado, las técnicas experimentales, los instrumentos disponibles, etc.”. Vid. MARINO: Op.cit., p. 17.

5. ¿De dónde proviene la ciencia? Es una cuestión que ha enfrentado a diferentes historiadores y científicos. En la mayoría de los casos, Grecia es considerada como la cuna de la ciencia pura y de la demostración. Pero muchos saberes científicos parecen haber tenido un origen más plural, tal como ocurre con la astronomía, la medicina y las matemáticas. En particular, las matemáticas nos pueden dar una idea importante sobre el carácter social y múltiple del origen del conocimiento científico. Según Ritter (1989), no hay ninguna “necesidad interna” en la manera en que se resuelve un problema matemático dado. Las técnicas de resolución están ligadas a la cultura en la que nacen y culturas diferentes resolverán el “mismo” problema por caminos diferentes, aunque los resultados finales puedan ser, por supuesto, similares. Esta diversidad de orígenes coincide con el análisis histórico de la construcción de tablas de cálculo matemático en Egipto y Mesopotamia”. Vid. MARINO: Op.cit., p. 12.

6. MARINO: Op.cit., p.12.

7. MARINO: Op.cit., p. 12. El método científico “consiste en un procedimiento reglamentado para evaluar la aceptabilidad de enunciados generales sobre la base de su apoyo empírico y, adicionalmente, su consistencia con la teoría de la que deben formar parte”. Ibidem.

8. Para MARINO: Op.cit., p. 36, la técnica ha permitido la transformación del medio en el que los humanos  han desarrollado su vida, a la vez que ha ocasionado la propia transformación de las formas de vida humana. La técnica crea obras que tienen la pretensión de perdurar; incluso la técnica permite prolongar la vida humana más allá de los designios del azar natural o del destino divino. La técnica ha permitido mejorar la vida humana, aunque también hay técnicas capaces de empeorarla, porque, para bien o para mal, ha recreado las condiciones de esa existencia. Por último, el conocimiento y la investigación no son posibles sin el dominio previo de ciertas técnicas.

9. MARINO: Op.cit. p.33.

10. MARINO: Op. Cit., p. 38.

11. MARINO: Op.cit., p. 34 ss.

12. MARINO: Op.cit., p.75.

13. MARINO: Op.cit., p. 47, 49, 50, 52, 53, 58, 59, 60, 75, 137, 159.

14. MARINO: Op.cit., p. 47, 57, 75, 124, 146, 158.

15. MARINO: Op.cit., p.75, 125, 164.

16. Dentro de la cultura aparecen lenguas, culturas, arte, religión, creencias, etc. 

17. MARINO: Op.cit., p. 88, 114.

18. MARINO: Op.cit., p.115.

19. MARINO: Op.cit., p.101 ss., 109, 115.

20. MARINO: Op.cit., p.72, 115, 133, 134, 135, 137, 139.

21. MARINO: Op.cit., p. 112, 113, 163.

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